viernes, 21 de octubre de 2011

#4. Geoficción. Artículo de Alain Musset

En su libro De New-York à Coruscant (2005; ignoro si hay edición en español), Musset propone que las novelas y películas de CF son materias primas válidas para el geógrafo cuyo tema de estudio es la ciudad. El argumento es que en la ciudad de CF se proyectan, magnificadas, las disfunciones de las grandes ciudades contemporáneas.

Alain Musset (2006). Entre la ciencia ficción y las ciencias sociales: el “lado oscuro” de las ciudades americanas. EURE Revista Latinoamericana de Estudios Urbano-regionales 99, 65-78.

Es un artículo accesible, si bien no especialmente profundo, al centrarse en perseguir los paralelismos entre algunas ciudades de CF y las situaciones reales en que se inspiran. Aun así me ha parecido interesante.


Hace un par de días me preguntaba cómo sería una novela de CF en la que la ciencia fuera la geografía. Cómo no, eso ya está inventado y lo llaman geoficción: en ella, el eje es la creación de un espacio fuera del cual la historia no podría ocurrir tal como se narra. En lugar del contexto y los determinantes científicos de la acción, se incide en los geográficos. Obviamente, mucha CF tiene un componente de geoficción.


---
Bonus (artículos que voy a aparcar aquí para echarles un ojo con más calma):

Jean-Benoît Bouron (2010). Cartographier l'imaginaire: un exercice géographique. Bulletin du Comité Français de Cartographie 205, 11-24.

(Sobre el caso más conocido de los mapas de territorios fantásticos. Incide en las mismas ideas que el anterior, con una sección titulada "Los geógrafos cartografían lo imaginario: utilizar la ficción para pensar lo real".)


Alicia Lindón (2008). Los giros de la geografía urbana: frente a la pantópolis, la microgeografía urbana. Actas del X Coloquio Internacional de Geocrítica.

(Si alguien está planteándose escribir CF con atención a la geografía urbana, parece un buen lugar para hacer minería de ideas. ¿No suenan bien palabras como "exópolis", "superburbios", "metroplexos"?)


Matthew Gandy (2005). Cyborg urbanization: complexity and monstrosity in the contemporary city. International Journal of Urban and Regional Research 29, 26-49.

(Está escrito en un estilo académico difícil de seguir, y soy algo escéptico sobre su valor más allá de un amasijo bibliográfico. En cualquier caso veré qué saco en claro. Tiene frases buenas como "El hogar moderno se ha convertido en un complejo exoesqueleto del cuerpo humano, al que provee de agua, calor, luz y otras necesidades básicas".)

lunes, 10 de octubre de 2011

#3. La singularidad tecnológica. Charla de Vernor Vinge

La singularidad tecnológica (Wikipedia) es un tema muy interesante. Es la hipótesis de que el aumento de la potencia de cálculo nos llevará "pronto" a crear entes con capacidades que nuestra mente no podría ya no controlar o gobernar, sino meramente asimilar.

Hace unos días Sergio Mars enlazó al texto original de Vernor Vinge (1993; aquí está en otro sitio).

En español tenemos la charla siguiente, de contenido muy similar pero algo más actualizado.

Vernor Vinge (2002). La singularidad tecnológica. Charla entrega premio UPC novela corta.

#2. The Cambridge companion to science fiction

Buscando otra cosa en Google me crucé con esto. Qué duda cabe de que uno puede entretenerse un rato con ello (325 páginas).

Edward James, Farah Medlesohn (coordinadores). The Cambridge companion to science fiction. Cambridge University Press, 2003, Cambridge.

Leer un PDF en pantalla es muy incómodo y en este momento el libro está en amazon.es por 16'35€; más claro no lo puedo decir.

El volumen se estructura en tres partes: historia de la CF, enfoques críticos, y subgéneros y temas. Parte I: Antes del género; La era de las revistas (1926-60); La Nueva Ola (1960-80); De 1980 a hoy; Cine y televisión; El papel de los editores. Parte II: Enfoques marxista, feminista, posmoderno y queer. Parte III: Iconos de la CF; La CF y las ciencias biológicas; Hard; Space opera; Historia alternativa; Utopías y antiutopías; Política en la CF; "Género"; Raza; Religión.

Los capítulos son de 12-15 páginas y están redactados en un estilo accesible (según un sondeo aleatorio y considerando que un texto académico es, por sus propios objetivos, más árido que otros). Muchos de los autores son escritores profesionales o llevan muchas décadas en esto, lo que se nota en el buen fluir de los textos.

No puedo valorar el contenido porque aún sólo he leído la introducción de Mendelsohn. Es irregular aunque con partes muy interesantes y casi siempre muy clara. Toma Schild's ladder de Egan (inédita en España, creo) como prototipo de novela de CF, razonando que además recapitula en su estructura la historia del género. La elección no es mala: ¿quién mejor que Egan en estado concentrado para convencer a cualquiera de que las estrategias de lectura de la literatura "normal" no son universalmente útiles? También defiende que la CF no es un género, aunque así la llama en algún lapsus, caracterizándola más bien como un debate y un modo de escribir.

No conozco a Mendelsohn, lo que no es sorprendente pues me gano la vida con otra cosa. Aun así hay detalles que me provocan alguna desconfianza. El concepto de "extrañamiento cognitivo", aunque introducido en la crítica de CF por Suvin, en realidad éste se lo asigna directamente a Bertolt Brecht (en quien imagino que ya procedía del "extrañamiento" o "desfamiliarización" de Shklovski que para los formalistas era el rasgo característico de la literatura). También iguala el novum de Suvin con el what if, lo que me genera una sensación no de what if sino de WTF bastante importante. Finalmente, como ejemplo de metáfora de CF presenta el inicio de Los desposeídos de Le Guin, un fragmento cuya calidad Delany criticó duramente por razones para mí muy válidas. Seguro que en el corpus de la CF se pueden encontrar metáforas en un envoltorio más lucido.

Son imprecisiones: ni siquiera en el peor caso son errores, claro; pero, si se supone que es una experta mundial aprobada por Cambridge University Press para dirigir este proyecto, que se supone, ¿por qué un lector de a pie -y poco aplicado- como yo tiene que encontrar defectos en el texto? ¿Ha hecho el lector algo para merecer eso?

En fin, a ver qué tal está el libro.

#1. Vieja entrevista con Stanislaw Lem

Leer a Lem es un gusto porque es capaz de mantener en el aire muchas más bolas que uno, y además pensar en sus trayectorias desde muchos más puntos de vista.

Istvan Csicsery-Ronay (1986). Twenty-two answers and two postscripts: an interview with Stanislaw Lem. Science Fiction Studies 40.

Los números agotados de SFS desde su inicio en 1973 están disponibles en la red y he empezado a leérmelos. Por desgracia los artículos se han convertido a HTML, lo que hace incómoda su lectura, y no hay referencia a los números de página originales.

Lem es un colaborador relativamente habitual en los primeros números. Aún no sé si siguió después del conocido incidente de su expulsión de la SFWA, pero apuesto a que no. Intelectualmente estaba en otra liga que casi todos los firmantes de la revista. Algunos pretendieron "ponerle en su sitio" (entre ellos un Benford al inicio de su carrera), supongo que por su estilo de crítica a lo vivo y sin anestesia, o por motivos sociológicos.

Iré enlazando a algunos de esos artículos al blog, en todo caso si a alguien le urge aquí los tiene.


---
PD: La novela a la que se refiere en la entrevista como The scene of the crime es Regreso a Entia.

#0. ¿De qué va esto?

Cuando era muy pequeño, mi madre nos contaba historias de la Biblia. Como buen niño tenía problemas para interpretar algunos pasajes, aunque a base de darles vueltas conseguía volverlos más manejables. ¿Cómo se le ocurrió a José que siete vacas flacas significa que se avecinan siete años de hambre? Bueno, si las vacas están flacas se puede pensar que no comen, y por tanto que tienen hambre. En cuanto a la duración de la hambruna, está claro que, a más vacas, más hambre. Vale. Más difícil: ¿Cómo puede ser que uno venda su primogenitura por un plato de lentejas, si está claro que cuando se las coma ya no le va a quedar nada? Bueno, será que tenía mucha hambre, quizá tenía tanta que pensaba que se iba a morir si no comía en ese mismo momento. Y vaya disgusto se llevarían sus padres si moría.

Pero había algo más difícil incluso que entender por qué Holofernes durmió en la misma cama con Judith antes de saber si podía fiarse de ella. No, no me refiero a cómo los israelitas limpiaron de arena el maná -soplando- sino al episodio de la muerte de Moisés, cuando contempla al otro lado del Jordán la tierra prometida a la que tiene negado acceder. Anda, a ver quién le explica a un niño que (y por qué) solo pueden cruzar el Jordán los que no llevan el estigma de la época anterior.

La ciencia-ficción invita a pensar. De hecho, la CF es en sí misma un tema de reflexión tan digno como cualquier otro. No hay ninguna razón constitutiva por la que el pensamiento motivado por o sobre la CF no pueda ser equivalente a cualquier otro. Pero tampoco lo es por fuerza, por el mero hecho de existir.

Y como soy un simple que cree que los saltos cualitativos llegan por intervención de individuos especialmente brillantes y dados al trabajo duro, no por el poder de los números ni por el apilamiento de buenas intenciones, hace meses empecé a preguntarme dónde están esos individuos en nuestro país.

Mi impresión pesimista es que están sobre todo en el futuro. Hoy tienen 16 años, o 14, y la diferencia es que tienen Internet a su disposición. Cuando ganen el uso de razón, a poco que se hayan esforzado por formarse un criterio tendrán la cabeza mucho mejor amueblada y la caja de herramientas mucho más llena. Ojalá lo suficiente para dejar de dar vueltas en redondo por el desierto del Sinaí, una actividad favorita de la intelligentsia del colectivo aficionado.

O no, así lo veo yo en cualquier caso.

La idea es simple. Imaginemos que esos protopensadores y críticos leyeran un texto interesante cada dos semanas. Para cuando, dentro de ocho años, empiecen a tener cosas que decir, pueden haber leído así 200 textos. Si quieren. Vendrían a ser unos 190 más que los que había leído yo, que tampoco me hice pensador ni crítico pero sí agradecería que me hubieran facilitado un texto estimulante sobre una de mis aficiones cada quince días.

A fecha de hoy me puedo permitir el tiempo de elegir un texto para cada dos semanas. En mi campo de trabajo tengo un blog similar, con lo que la mecánica la tengo cogida; pero no puedo mantener una mayor periodicidad, más deseable. Por supuesto, la elección de contenidos será idiosincrática, y en muchos casos absurda o con excesivo sesgo hacia lo abstracto y teórico. Y en inglés las más de las veces. Los contenidos que uno puede esperar son los siguientes:

-Reflexiones o críticas que me parezcan instructivas en algún aspecto.
-Textos de interés sobre temas literarios, científicos, etc.
-Materiales varios para abrir la mente al protopensador de la forma más heterodoxa posible.
-Cosas que me interesen a mí y quiera tener archivadas en algún sitio, aunque en realidad sean un rollo patatero...
-...o que he enlazado alguna vez en mi blog y encajan aquí.

Es indiferente que las ideas defendidas sean las mías o no. La condición es que se pueda acceder a ellos gratuitamente en Internet. Las cualidades positivas de cada texto serán más o menos, o muy, discutibles, claro, y obviamente ese imaginario "protopensador" hará mejor en buscar su propio camino que en creer que sé lo que hago.

Y mientras dilucidamos si él y ella, esos "protos" que en el futuro nos han de procurar alimento mental, están ahí fuera o no, espero que los enlaces proporcionados sean de interés para alguien :)