Strange Horizons ha comenzado una sección de reseñas de relatos cortos. De forma bastante razonable, comienzan por un relato de la ganadora del Hugo 2012, Charlie Jane Anders.
En este caso, mucho más interesante que la reseña incluso (y probablemente que leer el relato) es el intercambio de puntos de vista en los comentarios.
Abigail Nussbaum (2013). Short Fiction Snapshot #1: "Intestate" by Charlie Jane Anders. Strange Horizons, 25 de febrero de 2013.
La reseña incide en la idea de la literalización: bajo las reglas de la ciencia-ficción, uno puede amplificar cualquier fenómeno sutil sobre el que sea complicado hablar, obligando al lector a afrontar como hecho literal lo que, en el uso habitual, es solo un modo figurativo de hablar. En este relato, un científico ha reemplazado a lo largo de los años partes de su cuerpo por órganos artificiales inventados por él. Al cumplir 80 años, se reúne con sus hijos, los cuales esencialmente pelean por su herencia... que será, literalmente, trozos de su padre, patentables y comercializables.
Nussbaum recuerda ejemplos paradigmáticos como el uso de la dilatación temporal en La guerra interminable para comunicar la sensación de desplazamiento de los soldados al volver de la guerra de Vietnam. Yo (que además considero La guerra interminable una novela perfectamente olvidable, aunque admire esa gran idea) tiendo a acordarme de casos más pedestres como cuando Dick, en Sueñan los androides, describe el odio entre cónyuges a través del uso perverso del "órgano Penfield" (por cierto: Penfield es este Penfield) para adoptar el estado de ánimo en el que se va a ser capaz de hacer más daño al otro en una discusión. No solo programarse un estado de ánimo que va a provocar una discusión, pudiendo programar el que, haciendo que nos llevemos estupendamente, va a prevenir la discusión, sino hacerlo sin más intención que la de minar y destruir al otro. O al menos defenderse, atacando, del posible intento del otro (la situación del Sr. y la Sra. Deckard es idéntica a la que aparece en el dilema del prisionero).
Hay una ambigüedad difícil de resolver en si, en cada caso, ese carácter alegórico es intencionado y pretende canalizar explícitamente una reflexión, o simplemente es lo que al autor se le ocurrió espontáneamente, o el tipo de idea que a uno se le ocurre al pensar en "modo CF". Incluso en el caso de Haldeman, yo no vi evidencia interna en La guerra interminable de que realmente pretenda ser una reflexión alegórica sobre la guerra de Vietnam. Quizá simplemente su propia experiencia como veterano de esa guerra le hace natural el enfoque que adopta. En el relato El pusher (Hugo 1982) de John Varley, el problema de la dilatación temporal es que te sientes solo al volver; la escala temporal del relato es suficiente para que pudiera plantearse el shock de que "la sociedad se ha vuelto absurda" pero en realidad se incide en lo contrario: aunque cambien los hábitos de vestimenta, siempre se puede reconocer a un policía de paisano. Por ello, quizá hablamos de algo que para Haldeman es obvio a partir de su propia experiencia personal y le era imposible concebir que en su novela ocurriera de otra forma, más que un intento deliberado de encontrar un lenguaje metafórico.
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