jueves, 8 de marzo de 2012

#22. Críticas a la ciencia-ficción. Artículo de Kurt Vonnegut

Ya es primavera en El Corte Inglés. A veces se toma el camino fácil de desdeñar las críticas a la ciencia-ficción como hechas desde el desconocimiento, o se trata de montar defensas del género como si las novelas de CF fueran buenas así, en bloque y por definición.

Este mes voy a subir una serie textos críticos con la CF pero escritos desde dentro, o como mínimo desde cerca.


Kurt Vonnegut (1965). On science fiction. New York Times, 5 de septiembre de 1965.


Por resumir, Vonnegut veía "CF" como una etiqueta artificial y excluyente, con un sentido más sociológico que literario. Consecuentemente, ataca dos pretensiones consideradas muy razonables en el mundo de la CF: que una obra que trate los efectos en la sociedad de los cambios tecnológicos es CF, y que es legítimo apropiarse de (=hacer propios) esos autores. Pone como ejemplo especialmente absurdo a Tolstoi (aquí en España y a fecha de hoy están reivindicando La bomba increíble de Salinas; y la antología de CF latinoamericana que se está usando en varias universidades de EE.UU. incluye el anodino Mecanópolis de Unamuno).

La exclusión -que es mi término, no de Vonnegut- se refiere tanto a que la etiqueta crea una membrana impermeable entre la CF y "la literatura" como a que esa membrana es conveniente para los autores de dentro ya que les permite hurtarse a los estándares de calidad literaria de fuera.

Aun siendo que Vonnegut explicita su deseo de no verse asociado con la CF, al final deja claro que no realiza un juicio global y que valora positivamente los mismos aspectos que los defensores de la CF:
But listen--about the editors and anthologists and publishers who keep the science-fiction field separate and alive: they are uniformly brilliant and sensitive and well-informed. They are among the precious few Americans in whose minds C.P. Snow's two cultures sweetly intertwine. They publish so much bad stuff because good stuff is hard to find, and because they feel it is their duty to encourage any writer, no matter how frightful, who has guts enough to include technology in the human equation. Good for them. They want buxom images of the new reality.

And they get them from time to time, too. Along with the worst writing in America, outside of the education journals, they publish some of the best. They are able to get a few really excellent stories, despite low budgets and an immature readership, because to a few good writers the artificial category, the file-drawer labeled ''science-fiction,'' will always be home. These writers are rapidly becoming old men, and deserve to be called grand. They are not without honors. The lodge gives them honors all the time. And love.

The lodge will dissolve. All lodges do, sooner or later. And more and more writers in ''the mainstream,'' as science-fiction people call the world outside the file-drawer, will include technology in their tales (...)
Y ahí estamos, en el futuro en que "más y más escritores incluirán la tecnología es sus historias".

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